Hoy mientras estaba buscando una foto en mi iPad, encontré un par de videos que me recordaron lo divertidas que eran mis clases antes de que la pandemia empezara. Me conmovió tanto que termine viendo aprox cinco de ellos y no pude contener las lágrimas al pensar que este año escolar no va ser nada parecido a lo que acostumbra hacer.
Para este año, mi colegio planea volver presencialmente y nuestras clases empezarán en dos semanas. Desafortunadamente perdí mi salón por la falta de espacios en mi cole, así que estaré haciendo una mezcla de clases virtuales y presenciales.
Mientras veía estos videos, me pasaron mil cosas por mi cabeza, y una de ellas es pensar cómo voy a mantener a mis estudiantes enganchados en mis clases, especialmente con los más pequeños. Un par de meses atrás, cuando la pandemia empezó, pensé que había sido el peor año escolar en mis once años de carrera profesional. Pero ahora que vuelvo a la realidad, siento que este año traerá retos y con ellos momentos de frustración, tristeza y agotamiento. No quiero sonar negativa, pero la realidad es triste, ya que no podemos tener contacto físico con nuestros alumnos y tenemos que usar una máscara que nos va a impedir mostrar nuestra sonrisa para alegrar los días grises de otras personas.
Dime profe, dime …
¿Cómo acostumbrarme a tener que estar todo el día en el mismo lugar, sin poder siquiera ir a la cafetería a tomar el almuerzo, sin poder sentarme en el pasillo del colegio y ver pasar a los niños para que me alegren el día?
¿Cómo acostumbrarme a limpiar y desinfectar los objetos que los estudiantes tocan, sin tener que estresarme porque un virus se me va a pegar?
¿Cómo acostumbrarme a tener que vivir en la incertidumbre y pensar que cualquier persona de la comunidad de mi colegio, familia o conocidos pueden llevar un virus que puede acabar con la vida de alguien?
¿Cómo acostumbrarme a tener que guardar los materiales de mi salón en cinco cajas de cartón porque ahora es prohibido compartir, cuando lo que más recalcaba a mis alumnos era que compartir era un acto de humanos y un acto de simpatía a los demás?
¿Cómo acostumbrarme a tener que decirle a mis niños que abrazar a un amigo cuando esté triste y necesite de una mano amiga está prohibido?
¿Cómo acostumbrarme a decirle adiós a los asientos flexibles que con tanto esfuerzo logré adquirir para que los niños se movieran continuamente activando su cerebro y parte motriz?
¿Cómo acostumbrarme a devolverme años atrás, cuando las escuelas tradicionales usaban pupitres formados en líneas y que tantos años nos tomó en decirles adiós, para darle la bienvenida a salones sin pupitres donde los estudiantes tenían un espacio para moverse, jugar y ser ellos…ser niños?
¿Cómo acostumbrarme a enseñar virtualmente cuando las relaciones interpersonales en un niño son fundamentales en su desarrollo motriz y psicológico y ayudan a aumentar la autoestima y el sentido de pertenencia?
¿Cómo acostumbrarme a decirle adiós a los libros de mi biblioteca que mis estudiantes tanto aman, y decirles que no podremos leerlos este año, cuando siempre les inculqué amor por la lectura?
¿Cómo acostumbrarme a decirle adiós a las mascotas de mi clase que mis estudiantes tanto anhelan tener durante la celebración de cumpleaños o días especiales?
¿Cómo acostumbrarme a decirles NO cuando me pidan que hagamos sus juegos favoritos que requieren contacto físico y que influyeron en crear comunidad en mi salón?
¿Cómo acostumbrarme en tan poco tiempo a ser profe, niñera, psicóloga, experta en tecnología, todera, cuando me tomó años graduarme de profesora?
Dime profe, ¿cómo me acostumbro?
Profe Valentina
“Nunca dejes de aprender”
Leave a Reply